Los hijos de puta también sueñan

Astronauta, Bombero, Escritor, Futbolista, Maestro, Piloto de avión, Presidente.

De chicos soñamos profesiones. Quizás las soñamos por simple exigencia de los adultos que solicitan respuesta a una insoportable pregunta recurrente: ¿Qué vas a ser cuando seas grande?

Normalmente el sueño es abandonado debido a la ejecución de la labor del tiempo. El tiempo hastía, avasalla, triunfa: y olvidamos. En ciertas ocasiones, la buena memoria de algún familiar rescata aquél oficio natal y lo convierte en inevitable anécdota anual al momento de soplar las velas.

Suelo sentir cierta envidia por esas personas que de forma tan temprana vieron despierta su vocación y más aún cuando logran llevarla a cabo. Es la envidia del estúpido que siempre busca, de aquél que se vio demasiado influenciado por los conceptos y pre conceptos sociales que llevan a moldearnos lentamente como elementos de producción. Ni siquiera como materia prima, ni siquiera como mercancía de cambio. La mayoría poseemos la envidia del estúpido aunque haya muchos que no la mencionen por miedo a utilizar la bastardeada palabra envidia (vale aclarar aquí que dicha palabra puede significar pesar o tristeza por el bien de otro como también puede emplearse como emulación, deseo honesto, pasión que nos excita a imitar a otro).

Las realidades sociales chocan contra los sueños en forma cotidiana. La mayoría de las veces chocan evitando alcanzar los mismos. En aquellas ocasiones más felices en que el sueño supera a la realidad hasta ser alcanzado, es la propia realidad la que mediante mutaciones lo sigue embistiendo en el desarrollo diario.

Un chico que desea ser Astronauta ya está apuntando a una carrera que contará con una salida laboral muy escasa, incluso si se encuentra viviendo en aquellos países que suelen realizar pruebas espaciales. En los últimos años, algún nene argentino bien informado por sus padres, pudo haber alimentado ese sueño al ver que su país se había dispuesto a lanzar satélites propios al espacio. Hoy en día, los satélites ARSAT parecen asistir a una fiesta noventosa y no justamente una en que bailaremos con Diego Torres. La gran fiesta de la privatización ya pasó y la resaca sólo la padeció el pueblo, sin embargo el estado nacional se capitalizó durante algunos años y entonces el cambio-neoliberal cuenta con algunas nuevas oportunidades.

Seguramente el sueño de Bombero es de lo más nobles. No existe prácticamente chance alguna de que un bombero pueda tener un gran rédito económico a través de su actividad. Es vocación pura. Pura y dura. Salvan vidas, edificios, atienden conflictos. No les interesa el porqué del episodio o a quién están asistiendo. Lo hacen y se transforman en notables héroes anónimos. A veces asisten a apagar incendios voluntarios efectuados para cobrar un seguro. Voluntario o no, un incendio que se sale un poco de control se cobra vidas. Los bomberos suelen pagar su vocación con sus vidas. Las causas de un incendio voluntario, en ocasiones, no se encuentran solamente en la póliza del seguro; pueden efectuarse para borrar evidencias, como es el emblemático caso del depósito de Iron Mountain en Barracas que dejó un saldo de diez héroes anónimos; a cambio de sus vidas, se eliminaron serias evidencias de bancos, como el Patagonia y el HSBC, que estaban con la soga al cuello por implicaciones en causas de lavado de dinero. Los bomberos sobrevivientes y las familias de los muertos además de llorar por los suyos tuvieron (y tienen) que soportar la complicidad de la empresa de archivos con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por entonces presidido por Mauricio Macri (pueden saber más: http://www.nuestrasvoces.com.ar/investigaciones/iron-mountain-3-anos/).

Antes de aprender a escribir y leer, un chico no tiene idea ni dimensión de qué es ser escritor. A medida que aprende se va metiendo en ese mundo de fantasía literaria y su característica imitativa lo puede llevar a la tendencia de querer copiar aquello que admira. Algunos lo seguimos intentando sin éxito aún de adultos. O con éxito quizás, quién sabe; nuestra sociedad capitalista-mercantilista nos hace creer que el éxito o fracaso está marcado por los dividendos. Más allá de la creencia, la realidad impone que sin dividendos hay que trabajar de otra cosa para llenar el plato. Aquellos que soñaron de niños con escribir y no lo abandonaron a pesar de las penurias económicas, encontraran que para vivir de eso deberán escribir sobre cosas que no son de ningún interés para sí mismos, que deberán hacerlo en tiempos récord y por una paga totalmente insuficiente; hasta que un día por capacidad o contactos, o ambas cosas, lleguen a pegar un trabajo en los medios importantes, en esos que manejan la información. Estos medios ya no son solamente medios de comunicación sino que se han transformado en poderosos grupos económicos que se sientan en la mesa chica a disponer de los gobiernos de turno. Los gobiernos deben enfrentarlos o caer en su dominio, se puede negociar pero tarde o temprano si no hay ruptura se cae en la dominación. No hace mucho se instaló una ley de medios que podría haber limitado mucho su poder y, a su vez, brindado posibilidades laborales a los adultos niños soñadores. Pero el país un día decidió (volver a) cambiar.

La principal actividad de un chico es el juego, prácticamente es la única actividad que desarrollan por decisión propia. La pelota es un objeto que pronto llama la atención dadas las posibilidades de movimiento que genera su forma esférica. En la Argentina hay un mandamiento: la pelota se toca con los pies. Por lo tanto, el fútbol es el juego preferido, que luego se transforma en deporte y que en contadas ocasiones se transforma en profesión. La mayoría de los futbolistas provienen de las clases bajas dado que ante menos recursos infantiles a los que acceder, la pelota redobla su valor. Con el tiempo ser jugador de fútbol es para quienes cuentan con la habilidad necesaria una aspiración ineludible dado que es en muchos casos la única oportunidad de trascender económicamente en la sociedad. Similar al boxeo, el otro deporte que quedará como posibilidad. Tenemos cierta tendencia a creer que todos los jugadores están salvados económicamente porque nos dejamos llevar por los flashes de la televisión, pero en equipos chicos y ligas inferiores un sinfín de futbolistas se ganan la vida con sueldos normales, o decididamente bajos, en una carrera de tiempo limitado. Actualmente en la Argentina se aprobó el método conocido como Super Liga importado (la historia tira) desde España. Grandes grupos económicos están detrás del rimbombante nombre y cuentan con el respaldo del gobierno nacional a través de dirigentes tales como Daniel Angelicci. Se plantean muchos cambios (otra vez, sí) para sacar del coma a un fútbol al que estos mismos dirigentes se encargaron de colocarle el respirador. Uno de los cambios traerá cola sindical aunque el gremio de futbolistas es aún más paciente que la inmutable CGT: eliminar el 15% que le corresponde a un jugador al momento de ser transferido de un equipo a otro. Sí, al pobre hay que arrebatarle y pisotearle aunque en ocasiones (ya mencioné que las menos) haya dejado de ser pobre.  

La mencionada capacidad imitativa y las cualidades de admiración que posee el ser humano, lo llevan en ocasiones a querer seguir el camino de sus maestros. De esa forma, alumnos de nivel primario ya saben que su deseo para la vida adulta es ser maestros. Incluso antes de la reforma educativa del menemismo, la llamada Ley federal de educación del año 1993, existían colegios secundarios conocidos como Nacionales cuyo objetivo era preparar a los alumnos con cierta orientación social de modo que eran elegidos por aquellos que deseaban seguir con la carrera docente al momento de egresar. Aquél viejo cambio, que vaya casualidad estaba poco interesado en los contenidos sociales, los eliminó pero los docentes no cesaron de aparecer. Hoy en día los institutos de formación docente cuenta con cada vez más piedras en el camino y desde el gobierno nacional son recurrentes las indirectas de cierre, aludiendo a que los profesionales universitarios (no docentes) podrían dedicarse a dicha tarea. Quienes hayan eludido dichas dificultades, se hayan mantenido firmes, y lleguen a ser docentes se encontrarán luego con sueldos ineficientes y condiciones laborales desastrosas. Es raro como en este aspecto la importación de métodos españoles es selectiva, dado que tomamos sus ineficaces planes de educación obviando los incisos que hablan del sueldos de los profesionales.

Por último, tocaré el tema de los niños que sueñan con ser pilotos de avión. Abordé cada profesión mediante un orden alfabético y la causalidad colocó a ésta al final. Es la respuesta que da mi hijo ante la insoportable pregunta mía y del resto de la familia: voy a ser piloto de avión. A sus cuatro años ama a los aviones más que a cualquier otro juguete y adora admirar los de verdad (perdón Aerolíneas pero los de celeste y blanco son de Racing). Ojalá que el sistema corrompa lo menos posible su inocencia y su sueño pueda mantenerse estable hasta dónde él desee llevarlo. Si llegara a ser piloto, como vienen las cosas, necesitará especializarse cada vez más en lengua extranjera dado que la recuperada Aerolíneas Argentinas no corrió aún el camino de los satélites ARSAT solamente porque sería demasiado evidente. El vaciamiento, no obstante, ya comenzó. El crecimiento desmedido de la competencia se está desarrollando (casualmente alguna empresa vinculada a la familia del presidente entró en el mercado) y la reducción de la cantidad de vuelos debido al quite de rutas es totalmente desmedido.


Así cierro este ensayo que quizás se hizo demasiado extenso. Todos los sueños de niño mencionados en el primer renglón fueron desarrollados... Ah, no: me faltó el último. Si hubiera escrito esto algunos años atrás la nota hubiera sido totalmente diferente y en el cierre podría haber escrito cosas realmente hermosas. En este momento, sabrán disculpar ustedes que me voy a marchar sin explayarme demasiado sobre los niños que sueñan con ser presidente. Aunque a alguno de ellos le debo el título de la nota. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Preguntame

El loco del cigarrillo

Elecciones medievales